San Roque (Tazones 2019)
José Manuel Fueyo Méndez
EL PERRO DE SAN ROQUE
En el mundo del "descafeinado"
en el que vivimos hasta la fe cristiana corre el peligro de ser descafeinada
por muchos para hacerla más digerible. Y, dentro de la fe cristiana, se incluye
el culto a los santos, cuya personalidad y virtudes nos caen tan altos que nos
arreglamos para rebajarlos, de manera que nos resulten más cercanos. Ahí
tienes, por ejemplo, al más popular, San Antonio de Padua, que era un cúmulo de
virtudes y a nivel popular quedó con el cliché de ser un santo casamentero y el
intercesor más socorrido para encontrar objetos perdidos. Su tocayo, San
Antonio abad, era hombre de mucha oración y vida de silencio, pero resulta más
fácil digerirlo como patrono de los animales domésticos. San Roque tuvo las
agallas de dedicarse a atender a los afectados por la peste, allá por el siglo
XIV, arriesgando su propia vida, es decir, cumplió al pie de la letra el
mandamiento del Señor de amar hasta dar la vida, pero muchos cristianos sólo le
recuerdan por el perro. Y eso que ni siquiera se sabe con certeza si era suyo o
de un ricachón llamado Gottardo, ni siquiera se sabe con certeza si ayudó al
santo llevándole comida o lamiendo sus llagas, ni siquiera se sabe el nombre
del can, al que unos biógrafos llaman Melampo, otros Rouna y otros Gozque, ni
siquiera se sabe la causa exacta de la cortedad del rabo del chucho, aunque la
canción popular dice que "no tiene rabo, porque Ramón Ramírez se lo ha
cortado"...
Hay quien dice que la devoción de un
pueblo por los santos se demuestra con los nombres que se escogen para los
niños. Revisando el último libro de bautismos parroquial resulta que en los
últimos ochenta y cinco años se bautizaron en Tazones nueve niñas con el nombre
de Carmen, cuatro niños con el nombre de Miguel...y ninguno con el nombre de
Roque. Quiero creer que es sólo cuestión de gustos onomásticos, pero diría que
en Tazones, como en cualquier otro pueblo, hacen falta muchos Roques, que,
aunque no lleven el nombre del santo, tengan la calidad humana que tuvo San
Roque para entregarse incondicionalmente a los demás. Que el santo nos contagie
a todos esa generosa entrega y nos permita disfrutar de unas felices fiestas .
Amén.
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